Ante
las pérdidas millonarias en Pemex durante la administración de Enrique Peña
Nieto, valdría la pena hacer cinco preguntas
San Francisco de Campeche a 30 de julio del
2013-. Antes de cuestionar el por qué de las pérdidas por 49 mil millones de
pesos en el segundo trimestre del Peñismo en Pemex, valdría la pena hacer cinco
preguntas.
Porque
si a estas alturas, con los precios del barril de petróleo a 100 dólares, la
paraestatal mexicana no es rentable, no queremos imaginar qué pasará cuando el
crudo se nivele en 60 o 70 dólares el barril.
PREGUNTA UNO.- ¿Cuánto
se les paga a las corporaciones extranjeras como Bechtel, Haliburton y
Schlumberger, entre otras, por sus contratos de perforación en tierra y en mar?
¿Qué porcentaje representa eso de la inversión anual total de Pemex?
PREGUNTA DOS.- ¿Podrían
darnos el listado de las cinco principales navieras que transportan el crudo
mexicano a su destino de venta? ¿Conocemos el nombre de sus accionistas? ¿Son
mexicanos o extranjeros?
PREGUNTA TRES.- ¿Podríamos
tener el listado de los 10 principales brookers de crudo a los que le vende
nuestro petróleo Pemex Internacional? ¿En cuánto se lo vendemos? ¿En cuánto lo
venden ellos? ¿En qué países están anclados?
PREGUNTA CUATRO.- ¿Cuánto
paga Pemex a las refinerías texanas como Deer Park por la refinación de nuestro
crudo para devolverlo como gasolina a México porque, dicen que aquí no es
negocio refinar? ¿Quiénes son los accionistas de esas refinerías?
PREGUNTA CINCO.- ¿De
quién es el negocio de transportar las gasolinas de las refinerías de
Texas a los depósitos regionales de México? ¿Cuántos concesionarios son y
cuántas pipas tienen cada uno? ¿Quién elige a esos empresarios o políticos?
Una vez
que se respondan estas preguntas podremos saber cómo es que Pemex está
convertida en la única petrolera mundial que registra pérdidas multimillonarias
con estos precios récord de petróleo.
Una
vez que conozcamos el detalle de esos cuestionamientos, sabremos en realidad
quiénes son actualmente, sin reforma energética, los que de verdad usufructúan
en privado los beneficios de una paraestatal que se dice “de todos los
mexicanos”.
Una
vez que nos digan que las pérdidas obedecen a la elevada carga fiscal que
Hacienda le impone a Pemex, todavía valdrá la pena conocer las respuestas a las
cinco preguntas.
Una
vez que los mexicanos seamos capaces de abrir los ojos para entender que
nuestro petróleo ya es hoy un negocio privado, entonces demandaremos una reforma
energética, pero para rescatar el petróleo para devolverlo a los mexicanos.
Por
lo pronto nos conformamos con que el nuevo gobierno explique por qué en el
último año del calderonismo se hablaba de sólidas utilidades petroleras y hoy
en el primer semestre del peñismo ya pintamos de rojo el balance del oro negro.
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